Wood House Hostel (San Carlos de Bariloche)

Wood House Hostel es un alojamiento acogedor ubicado en la ciudad de San Carlos de Bariloche, en la dirección Palacios 405. Su ubicación privilegiada permite a los huéspedes disfrutar de los encantos de la ciudad, con puntos de interés cercanos como el Circuito Grande, el Monumento Histórico Municipal Capilla La Inmaculada, el Cerro Challhuaco y el Bosque Bariloche Artesanías.

Este hostel ofrece una amplia gama de comodidades principales para asegurar una estancia placentera. Los huéspedes pueden disfrutar de Wi-Fi gratis en todas las áreas comunes, lo que les permite mantenerse conectados en todo momento.

Además, Wood House Hostel es un alojamiento apto para niños, lo que lo convierte en una excelente opción para familias que deseen disfrutar de unas vacaciones en la ciudad. También cuenta con una piscina al aire libre y un gimnasio, ideales para relajarse y mantenerse en forma durante la estadía.

Los servicios incluidos en este hostel son variados y están pensados para satisfacer las necesidades de todos los huéspedes. Las habitaciones para familias aseguran un espacio cómodo y acogedor para aquellos que viajan en grupo.

Además, se ofrece internet de alta velocidad gratuito en todas las habitaciones, así como una sala de juegos donde los huéspedes pueden entretenerse. El hostel también cuenta con instalaciones para esquiar, ideal para aquellos que deseen disfrutar de este deporte de invierno.

Para los más pequeños, se ofrecen actividades infantiles que les permitirán divertirse y disfrutar de su estadía. Asimismo, se admiten mascotas, especialmente perros, por lo que aquellos que viajen con sus compañeros de cuatro patas no tendrán que preocuparse.

Además de las comodidades y servicios, los huéspedes también pueden disfrutar de comentarios destacados de otros viajeros que han visitado Wood House Hostel. Algunos de los comentarios mencionan la calidez del lugar, la limpieza de las habitaciones y la atención amigable del personal.

Uno de los huéspedes incluso destaca la amabilidad de Max, quien le invitó una pizza la primera noche que llegó hambrienta. Estos comentarios positivos refuerzan la sensación de sentirse como en casa durante la estadía.